Tras el merecido descanso estival, y una vez estamos retomando nuestros trabajos y rutinas, aprovecho este ANESARNEWS para saludar a todos los socios y amigos de ANESAR. La sensación siempre tras el parón veraniego es de comienzo de año, de inicio de un nuevo curso, de reencuentro, de poner en marcha nuevos proyectos y de retomar las cosas que quedaron pendientes antes del verano.
Son muchas las cuestiones que hay que abordar y creo que la época es propicia para hacerlo. Hemos dejado atrás épocas con mucha intensidad electoral que dificultan la interlocución. Pero ahora nos encontramos en un “impasse” electoral en que reguladores y gobiernos están ya consolidados y en muchas ocasiones abiertos al diálogo, y en el que debemos aprovechar para explicar nuestras posiciones, proyectos y peticiones.
Lo hemos repetido muchas veces, pero tenemos que seguir haciéndolo: la interlocución, el diálogo, el consenso, la negociación forma parte de nuestro ADN como empresarios. Y sabemos, porque lo llevamos haciendo toda la vida, que en la búsqueda de consensos y en las mesas de diálogo todas las partes tenemos que sentarnos dispuestos a hacer cesiones.
Las empresas vamos a seguir en la búsqueda de estos consensos, aceptando diálogo y cesiones, pero también exigiendo a las administraciones proporcionalidad, justificación y eficacia de las medidas que adoptan; huyendo de monólogos, mantras ideológicos y posiciones inamovibles e innegociables, que muchas veces son, además, incongruentes y discriminatorios.
Nos queda camino por recorrer, pero este sector ha demostrado que ha aprendido a trabajar en diferentes esferas, y que no hay ningún reparo en explicar nuestras posiciones en parlamentos autonómicos, comisiones, reuniones, etc., de denunciar tratos desiguales con respecto al juego de titularidad pública, o de recurrir a instancias judiciales cuando se considera necesario. Como cualquier otro sector.
Y también seguir trabajando en tratar de devolver a la sociedad lo que la sociedad nos ha dado a nosotros: desde el sector se está trabajando mucho en materia de sostenibilidad y responsabilidad. El juego responsable es cosa de todos: formación, información, educación, etc. Y una vez aceptadas las medidas de protección –en los establecimientos de juego el control de acceso es, sin duda, la más (y quizá la única) eficaz–, no se puede privar al ciudadano de su derecho a escoger y decidir su opción de entretenimiento.
Tenemos por delante un curso de retos y de oportunidades, que espero que con el trabajo de todos podamos aprovecharlas.
Un abrazo para todos.